Cuando llegue el carnaval, miles de santiagueños de todos los orígenes y de cada rincón de la provincia, volverán a su pago a pasar unos días con la familia que dejaron atrás. Ávidos de los colores, los olores y los rostros de la niñez, regresarán por unos días, para una fiesta que ha de ser la del reencuentro y la amistad.
La mayoría de ellos emprendieron viaje en su juventud, en busca de nuevos horizontes, de un trabajo que Santiago del Estero les negaba, es posible que ante la vista de todas las obras que se realizaron en estos años, sientan más fuerte el cruce de imágenes entre el viejo lugar de nacimiento que dejaron y este nuevo, repleto de nuevos edificios, caminos e instituciones renovadas.
En cada lugar de la provincia, por más pequeño que fuere, el gobierno dejó su impronta en los últimos años, donde no hizo un barrio, construyó un hospital o llega un camino pavimentado o erigió una comisaría o levantó una escuela. El cambio en la provincia ha dejado de ser promisorio para ser una realidad tangible. Las obras que se han hecho en estos últimos 10 años, por poner una fecha, se pueden tocar, palpar, ver.
La esperanza es que muchos de los cambios que se produjeron en los últimos años, lleven a que algunos de estos santiagueños de la diáspora se decidan a volver.
Es que, por dar solo un caso, Las Termas, que solía ser una ciudad de invierno, ahora tiene la mayoría de sus hoteles abiertos también, en pleno verano y lo mejor de todo es que no les faltan pasajeros.
Además de que en ciudades y pueblos en los que antes sería impensable, ahora existen hoteles plenos de confort, como Pozo Hondo, por nombrar solamente un caso. Y la gente ha recuperado el orgullo por decirse santiagueña, por lo que está dispuesta a mostrar sus bondades viejas y nuevas, pero siempre con un toque moderno, a quien quiera que los visite.
Vuelven los santiagueños al pago para el carnaval, lo que van a hallar es el mismo lugar con una impronta nueva en la misma tonada, en el mismo color cobrizo de su gente, pero con un espíritu que viene de la recuperación de las viejas tradiciones en un entorno nuevo.
El carnaval atrae a los santiagueños
